¿Cómo llenar y vencer la soledad?
Como ya se ha visto, la soledad es una percepción emocional y subjetiva. Por cuanto en este momento puedas sentirte ahogado en su versión tóxica, la podrás vencer viendo a través de ella —¿La consideras superable y temporal o invencible y permanente?— a través de tu actitud ganadora y tomando la firme determinación, alimentada por el esfuerzo consciente, de crear un cambio permanente en ti.
Pero, solamente el conocimiento teórico no te ayudará a superarla. Debes también ponerla en práctica actuando, y solo entonces tocará tu corazón y se convertirá en sabiduría. ¿Estás listo a cambiar? Cualquier campesino, aun sin una educación formal, sabe que sembrando papas no cosechará zanahorias. Sin embargo, muchos piensan que, repitiendo una y otra vez la misma acción, cambiarán su condición. No esperes que los otros cambien para que así tú te sientas bien. Eres tú quien debe hacer el esfuerzo. Cambia tú primero, sin esperar que lo demás lo hagan.
El cambio ajeno de ninguna manera está bajo tu control. ¿Por qué alguien debería cambiar cuándo tú mismo no eres capaz de hacerlo? Además, ¿Debería hacerlo solo para complacerte? Tal como tú, él o ella no va a cambiar si no con la expansión de su consciencia. Así mismo, no esperes que los demás vengan a ti porque estás solo; ve tú hacia ellos, búscalos.
Si quieres crear un cambio, debes hacer algo diferente, esto empieza teniendo un plan, una estrategia de acción, además del deseo y de la determinación de cambiar. Y entonces deberás dar el primer paso y, tomando impulso del primero, harás el segundo y así andarás con velocidad y sistema.
Porque la mente es quién controla el cuerpo y porque cuerpo y mente están estrictamente relacionados, si quieres llenar tu soledad, o sentirte menos solo, es de suma importancia apoyarte de la sabiduría de tu cuerpo en movimiento. Muévelo actuando, sea haciendo ejercicios, equilibrándolo a través de los ejercicios psico-físicos del Hatha Yoga (Asanas) y sirviendo a la humanidad que sufre. Mantén ocupada la mente a través de tus prácticas espirituales.
Aquí encontrarás algunas de las maneras más comunes y simples que tendrán un efecto positivo en ti. Más adelante encontrarás también las maneras más sutiles para, no solo evitar o superar la soledad, sino, además —por períodos de tu vida— buscarla y disfrutarla plenamente.
Escoge la media vía
Porque la soledad es una expresión humana subjetiva que se puede vivir solo personalmente, cualquier estudio sobre ella nunca podrá sustituir lo que tú consideras importante y cómo la experimentas.
La soledad tóxica —sea temporal o permanente— que no te mereces ni es la mejor manera para ti, te lleva a destruir tu vida, dejarte vencer por el sufrimiento, perder la alegría de vivir, y además desaprovechar de la preciosa encarnación humana que tienes.
De la misma manera no es aceptable una soledad extrema y permanente porque va en contra de la naturaleza social de los seres humanos. Mejor dicho, ¡Ni Dios, con todos sus infinitos poderes, quiso quedarse solo y tuvo que crear el universo y llenarlo de cosas y seres!
¿Qué hacer? Escoger la Media Vía
Esos son los dos extremos y los extremos raramente son buenos.
Cualquiera que sea tu naturaleza —introvertido o extrovertido— a veces necesitas un descanso de los demás, ya que estar juntos todo el tiempo en su compañía es como estar en un ruidoso mercado donde no hay paz.
Después de un baño de mundo, necesitas soledad y silencio, porque quieres regresar a la tranquilidad de tu mente para recargarte o pensar profundamente. Es un poco como viajar por meses; por más que te pueda gustar al inicio, después de un tiempo —que varía de acuerdo a personas y circunstancias— quieres regresar a casa.
Así, rechazando ambos extremos, lo ideal es seguir la media vía. Cuando quieres reencontrarte a sí mismo o simplemente tener paz o quedarte por un tiempo alimentando tu profunda vida interior ¿Lo haces en un lugar lleno de gente, ruido y confusión? Así, la media vía, consiste en seguir la naturaleza de la mente que necesita de la soledad para concentrarse y que no puede hacerlo bien en un ambiente ruidoso que la distrae o que puede llegar a degenerarla. Lo ideal será entonces escoger partes de ambas soledades, o sea, tener un equilibrio entre ellas, y seguir una media vía. Así, por una parte, tendrás la libertad a la soledad interior —que es el derecho de nacimiento de cada ser humano— para la búsqueda de ti mismo. Esa misma libertad que te dará la elección de vivir socialmente cuando quieres y consideras importante, o de rechazar esa misma cercanía cuando reconoces que es trivial o innecesaria.
Considerando que más de la mitad de los seres humanos hoy en día viven en ciudades y rodeados de muchos otros, ¿Cómo regresar a la tranquilidad mental que solo la soledad puede darte? ¿Cómo juntar los dos mundos? ¿Cómo ajustarse en una vida con trabajo, redes sociales, y en compañía de una ruidosa multitud?
Lo podrás lograr gracias a tu evolución mental y espiritual. Más te sientes pleno, feliz y contento, y más desarrollarás sabiduría; más crecerás en sabiduría y más amarás tu soledad como una oportunidad de reservarte un tiempo especial e íntimo contigo mismo.
Lo que acabas de leer es solo una pequeña parte de qué es la soledad. En la página principal dedicada a este tema podrás comprender mejor cómo entenderla y vencerla, y a su vez cómo usarla a tu favor y disfrutarla.
Lee el próximo artículo de esta serie: 4.2. ¿Qué Hacer a Nivel Personal?
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