Por fin, después de casi dos años de distanciamiento social y periodos de encierro, Babanagar, nuestra base y Centro de Retiros, pudo reabrir sus puertas y dar la bienvenida a pocos afortunados y sinceros buscadores de El Camino.
La preparación de Babanagar tomó más dos meses de esfuerzo por parte de nuestros voluntarios; la organización de las habitaciones que no se usaban desde el inicio de la pandemia, así como lavar más de cien cobijas, sábanas y todo lo que se necesitaba para el éxito del encuentro.
A pesar de algunas cancelaciones de último momento relacionadas con el Covid-19, Babanagar se llenó de abrazos por reencuentros entre viejos amigos, o entre compañeros virtuales que nunca se habían conocido físicamente. Muchas conversaciones, risas, kiirtan, meditaciones, y alegría después de incontables sesiones virtuales.
Fue un retiro pensado para los buscadores sinceros y no abierto a personas nuevas, amigos o familia que no pertenecen en PanaceAM. Así las clases o actividades espirituales pudieron enfocarse más en lo profundo de la espiritualidad, o simplemente lo pasamos rico en Satsaunga (la compañía espiritual) con clases, meditación colectiva, fogatas, comida deliciosa, y esta vez pudiendo degustar pizza del horno con leña, construido durante la pandemia o cosechando felices en la huerta orgánica. Además, todos disfrutaron de una larga caminata, por lugares pantanosos y adentrándose en los bosques milenarios y maravillosos de Babanagar, con el fin de respirar aire puro y escuchar el canto de los pájaros entre la niebla.
Más que un retiro, fue un encuentro íntimo entre la familia espiritual de PanaceAM — incluyendo cuatro niños y un perro— donde el espíritu de jóvenes y menos jóvenes se entrelazó en un juego de colores y cooperación.
Una noche tuvimos un programa cultural donde ¡sorpresa! la persona considerada como la más tímida, tomó el micrófono para liderar y presentar el evento.
Tuvimos transformaciones, donde algunos se comprometieron —en el curso de sus vidas— a salvar miles de animales… evitando comérselos.
Otros, después de la lectura del Ananda Vanii de este año, —tomado desde uno de los discursos de Baba, Shrii Shrii Anandamurtii— y del comentario de Dada donde inspiraba a no perder tiempo y actuar ¡YA!, varios decidieron no aplazar más lo que querían hacer y se comprometieron con ellos mismos a crear cambios importantes en sus vidas.
Al final del retiro, tal vez por la inminente separación, porque nos sentimos todos muy cercanos y en familia, por la tensión de la pandemia con sus sufrimientos, o por las transformaciones que habían acontecido en los últimos años, tuvimos testimonios emocionales, con muchas lágrimas y hermosas palabras llenas de Amor. La linda vibración de hermandad que para muchos había nacido virtualmente, brotó poderosamente de los corazones de todos y nos sentimos una verdadera familia espiritual.
Al final, salimos renovados por ese baño de buena vibración, abrazos y, Gracia de Dios, que estuvo muy presente en el Ser de cada uno.
Así, juntos empezamos un nuevo año, un nuevo inicio, una nueva aventura en el asombroso Camino que, por un destino desconocido, tenemos la suerte de tener y que sabemos nos llevará a la Felicidad Suprema.
PS – Aquí el Ananda Vanii que compartimos en el Retiro:
2 Comments
Fue una experiencia maravillosa, no tenía muchas esperanzas de poder estar presente, pero Dios quiso que sí y me sentí totalmente en casa, con la familia que pude encontrar en el camino espiritual, con mucho amor y atención. ¡¡¡Me sentí bendecida!!!
Definitivamente fue una mágica experiencia, volver a Babanagar después de la pandemia, donde no solo tuve el privilegio de asistir con mis hijos y esposo, sino que pude disfrutar de la mejor compañía, rodeada de seres maravillosos que me enseñan y motivan permanentemente a seguir este sendero espiritual. Gratitud infinita a Dada, a Didi y al equipo que lo hizo posible.
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