A veces te pasan cosas que no buscaste —como accidentes, enfermedades o relaciones tóxicas— que se impusieron en tu vida y que todavía te hacen sufrir y fracasar.
Otras veces, por falta de experiencia o entendimiento, cometiste errores que todavía ahora, tal vez después de muchos años, te dan una sensación amarga que no sabes volver dulce.
Fallaste, faltaste, erraste… y sufriste, y estás todavía sufriendo.
¿Cómo salirte de eso?
Te cuento que esa sensación que tienes ahora, ese estadio de pena, no estará en ti para siempre. Porque tal vez sufriste tanto o llegaste al ‘fondo’, todo se volverá mejor.
… ‘También eso pasará’…
Lo bueno —que se quedará contigo y que nunca más olvidarás— es el conocimiento, no solo para salir del hueco donde caíste, sino y más que todo, de la valiosa lección para no recaer en él.
Aunque existe la creencia de que ‘si no hay sufrimiento no hay vida’, o de que ‘la vida no es vida si no hay sufrimiento’, NUNCA olvides que la vida es alegría y no sufrimiento, y que tú NO naciste para sufrir, sino para reencontrar el Infinito que está YA en ti.
No te condenes, no te culpes como si fueras un(a) criminal, lo que fue ya pasó o pasará muy pronto.
Es cierto que, ya que todo lo que se siembra se cosecha, pagarás por ese error, pero no ahora. Porque en este momento estás débil, la Ley del Karma –que existe también para cuidarte— te cobrará después, así que por ahora mira solo hacia adelante. Mirar hacia atrás no te servirá de nada y además te frustrará y te sacará la energía necesaria y preciosa para volver resplandeciente tu presente.
Cuando llegue el momento de ‘pagar’ —si has entendido quién eres y por qué existes— ese ‘castigo’ no será tan duro como te lo esperabas. Al contrario, porque sabrás que te liberarás de una deuda que no quieres, lo enfrentarás con alegría.
¡Así que ahora levántate y sonríele a la vida!
Camina fuerte y seguro(a) y lucha para ser, más y siempre más, lo mejor que puedas…
Tu premio —y derecho de nacimiento— será el final del Camino, la Felicidad Suprema.
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